Beldar significa “textura” en euskera, y es justo lo que define a esta colección. Aquí la textura es la verdadera protagonista: formas caprichosas que recuerdan a lo orgánico y a lo natural.
Son joyas diferentes, con carácter, que nacen de jugar con las superficies y dejar que el metal hable por sí mismo. Cada pieza tiene su propia huella, como si guardara un relieve único e irrepetible.
Me siento muy identificada con esta colección porque refleja mi forma de trabajar: dejar espacio a la experimentación, a lo imperfecto y a la belleza que surge de los detalles.
Beldar es para quienes buscan joyas con personalidad, que no pasan desapercibidas y que cuentan una historia a través de su textura.