Adar significa “rama” en euskera, y esta colección nace inspirada en la naturaleza más delicada. Son pendientes, collares y anillos que reproducen pequeñas ramitas, combinadas con piedras de colores que aportan contraste y vida.
Me gusta pensar en estas piezas como un guiño a lo orgánico: líneas finas, ligeras y sutiles que se convierten en joyas fáciles de llevar, pero llenas de detalles. La mezcla de metales y gemas hace que cada diseño tenga un equilibrio especial, entre lo natural y lo contemporáneo.
Es un diseño que me representa mucho y con el que me siento muy identificada, precisamente por lo único y diferente que es.
Adar es una colección para quienes buscan joyas diferentes, con personalidad, pero siempre elegantes y versátiles.